El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, dibujó anoche a un PP "crispado", "con mal perder" y con tan "mal estilo político" que no le ha concedido el beneficio de la duda al próximo Gobierno catalán que presidirá el socialista Pasqual Maragall. "Ni 100 días, ni 50, ni un solo día le han dado a Maragall" de cortesía política, criticó.
Zapatero realizó estas declaraciones en un mitin celebrado en la agrupación socialista de Barakaldo (Vizcaya). Y animó a los militantes socialistas y a todos los españoles a "tomar nota" de esta actitud política del Gobierno popular, que sólo sabe crear "crispación y división". "El PP necesita una escuela de democracia", aseguró, la que los españoles tienen la oportunidad de darle en los comicios generales de marzo, aventuró en una intervención netamente preelectoral.
Catorce meses después de que el lehendakari Ibarretxe iniciara su ronda de contactos con los sectores económicos y sociales para explicar el alcance de su plan, Zapatero volvió ayer a Euskadi para pedirle que retire su propuesta porque divide a la sociedad vasca. Hoy se sumará a la manifestación convocada en San Sebastián por ¡Basta Ya! contra el plan.
"El plan no prosperará"
En un almuerzo con empresarios reiteró su rechazo al plan por cuestiones de forma, de fondo y por el momento elegido para plantear la reforma del marco político: mientras perdura la violencia terrorista. En el mitin arriesgó más y dejó en el aire un vaticinio: "Ese plan no prosperará, no saldrá adelante. No lo consentiremos los demócratas y las gentes de buena fe que hay en Euskadi".
Ante los empresarios también dejó clara su discrepancia con las fórmulas unilaterales de respuesta de Aznar para frenar el plan: la reforma del Código Penal para encarcelar a quien promueva consultas ilegales. "Aseguró que el PSOE no participará en ningún frente nacionalista para parar el plan", indicaron fuentes del Círculo de Empresarios Vascos, organizadores del almuerzo, que reunió a una treintena de empresarios de las principales sociedades radicadas en Euskadi y al que acudieron José Guillermo Zubia y Roman Knörr, responsables de la patronal vasca.
Ya en el mitin, Zapatero defendió que la "única salida histórica" para Euskadi y para España es "la convivencia entre nacionalistas y no nacionalistas" y se comprometió, si gana en marzo, a trabajar por traer la paz y la convivencia a Euskadi. Zapatero anunció reformas constitucionales "para adaptarnos a los cambios", frente al "falso patriotismo" de un PP "envuelto todo el día en la Constitución en la que no creían".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de diciembre de 2003