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El nuevo refugio para indigentes de la Casa de Campo se llena en una semana

El nuevo refugio para indigentes de la Casa de Campo, que sustituye al que antes se abría en un túnel del metro de Atocha, se ha llenado en su primera semana de funcionamiento. Previsto para albergar a unos 130 usuarios en colchones extendidos en el suelo (no hay camas), en la noche del martes, fría y lluviosa, en él se cobijaron ya 128 indigentes. El jueves, con frío pero sin lluvia, el número de albergados bajó a 94.

Portavoces de la Concejalía de Empleo y Servicios al Ciudadano aseguran que en este refugio, inaugurado el 2 de diciembre, se permitirá "como mucho" la entrada de 150 usuarios por noche. ¿Y si llegan más? Las mismas fuentes aseguran que el compromiso de la edil del área, Ana Botella, "es que nadie tenga que dormir en la calle". Por eso, una vez que los albergues estén llenos, el Consistorio cobijará a los indigentes en pensiones.

En 2002 se subvencionaron 2.000 noches en hostales y este año se prevé llegar a 3.000. Las plazas en pensiones se destinarán a los usuarios de los albergues con menos deterioro físico y psíquico, y así su plaza podrá ser ocupada por otras personas con mayores problemas de exclusión.

Por otra parte, el albergue de Mayorales tiene ocupadas todas sus plazas; en la noche del jueves la ocupación llegó a ser del 109%. El centro de acogida de San Isidro está al máximo de su capacidad y en los de San Juan de Dios y San Martín de Porres están ocupadas el 90% y el 89% de las camas, respectivamente.

También están llenos los refugios de El Don de María, en Centro; los dos albergues

para inmigrantes que Cruz Roja tiene en Casa de Campo y San Blas y los campamentos de prefabricados regentados en Fuencarral y Vallecas Villa por Cruz Roja

y la Comisión Católica de Migraciones.

Autobús de los 'sin techo'

Todas las noches un autobús de la EMT parte de la glorieta de Atocha, a las 22.00 y a las 23.00 horas, para trasladar gratis al nuevo refugio de la Casa de Campo a las personas sin hogar que así lo deseen. En la noche del martes fueron 100 los indigentes que llegaron al albergue en esta línea de los sin techo, frente a los 27 que se acercaron por su cuenta. El jueves usaron el autobús 24 personas y 68 acudieron al recinto por sus propios medios.

Ocho de cada diez usuarios de este refugio habilitado junto a la avenida de Portugal, en una zona donde ya existen otros tres albergues (el de Mayorales, el de Puerta Abierta y el de inmigrantes de Cruz Roja) son hombres. Y el 82% procede de otros países.

El recinto, que hasta hace tres meses albergó a las empresas constructoras encargadas de la ampliación de la línea 10 del suburbano, está formado por varias salas diáfanas donde los indigentes extienden colchones. Dispone de calefacción y de retretes, pero no de duchas, y también de un servicio de apoyo social. Por la noche se ofrecen bocadillos, frutas, caldos y cafés, y por la mañana, desayunos. El acceso es libre a lo largo de toda la noche.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de diciembre de 2003