La Guardia Civil detuvo durante la madrugada del viernes al sábado en Vizcaya a tres delincuentes franceses que viajaban en dos vehículos y que habían logrado burlar dos controles policiales. Uno de estos dispositivos de vigilancia había sido montado por la propia Guardia Civil y otro por la Ertzaintza. En ambas ocasiones, los delincuentes arremetieron contra los agentes que intentaron darles el alto, aunque no les hirieron, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Vizcaya que cita Efe.
Los hechos se iniciaron en el peaje de la A-8, en dirección a Francia. Una furgoneta y un turismo no atendieron el requerimiento de una dotación de la Guardia Civil que había instalado un control en esa zona. La furgoneta eludió el control tras intentar arrollar a los agentes y romper la cadena de la mediana. Los ocupantes no se detuvieron pese al disparo de advertencia que realizaron los guardias. Sin embargo, los policías neutralizaron el segundo coche que circulaba tras la furgoneta y en el que viajaba el francés A.K., quien fue arrestado.
En su carrera, la furgoneta se saltó otro control, este vez de alcoholemia colocado por la Ertzaintza. A las cinco y diez de la madrugada, la Guardia Civil localizó la furgoneta, aunque sin ningún ocupante. Estaba abandonada en las inmediaciones de Ermua y en su interior se localizó una cantidad de dinero y varios juegos de matrículas falsas. En su parte posterior, había un orificio de bala.
Más tarde, una patrulla de la Guardia Civil retuvo otro vehículo presuntamente relacionado con los incidentes anteriores y detuvo a sus dos ocupantes, D.N. y M.D., ambos también franceses.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de diciembre de 2003