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OPINIÓN DEL LECTOR

La democracia imperfecta

A veces resultan difíciles de entender ciertas decisiones políticas, y mucho menos cuando se sabe de antemano que van a generar malestar, polémica y crispación. Cuando aún está caldeada la atmósfera por el disparate de la Asamblea de Madrid que ha llevado a Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad, ésta se ha empeñado en poner al frente de Telemadrid a una persona de su confianza.

Nadie ha cuestionado la trayectoria profesional de Manuel Soriano, sino el empeño de la presidenta en imponer su criterio, lo que ha provocado la indignación de la oposición e incluso de miembros de su propio partido.

Ante este tipo de situaciones, tan frecuentes en política, habría que preguntarse si se originan porque la democracia es imperfecta o por la inadecuada interpretación de sus principios, que, al aplicarlos sobre la base de una mayoría parlamentaria, permiten actuaciones partidistas que se podrían y se deberían evitar.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de diciembre de 2003