Rafael Peregrina lleva 13 años prestando sus servicios como agente de la Policía Municipal de Móstoles y "conociendo de primera mano los atascos". Trabaja en el turno de noche y regresa a su domicilio, en Villaverde, todas las mañanas a las 7.30. "Realmente donde se produce el parón siempre, que nunca se ha conseguido solucionar, es en Alcorcón, en San José de Valderas. Hay que tener en cuenta que hay un nudo donde confluyen muchos vehículos", explica. También recuerda que Móstoles es el pueblo más grande de la Comunidad, con más de 200.000 habitantes.
Rafael se apresura a sacar su vehículo del garaje del Ayuntamiento, quiere llegar pronto a casa. Inició el turno a las 22.00 y son ya las 7.30. Todavía le quedan por delante 21 kilómetros hasta abrir la puerta de su domicilio. Allí le esperan su mujer, sus dos hijas y una perra. "Primero saco a la perra a pasear y luego al sobre". Hoy tiene suerte. La circulación va bien y en media hora realiza el trayecto.
MÁS INFORMACIÓN
Los viernes
"Pero", dice, "en esto del tráfico es difícil calcular. Diez minutos pueden significar 20 más a la hora de llegar a tu casa". Rafael mantiene que las mayores dificultades en la N-V se producen los viernes y los días de lluvia. "Yo tardo una media de 35 minutos en llegar a mi casa normalmente. Pero, si las cosas se complican puedo estar una hora metido dentro del coche".
El tráfico es intenso, pero se circula. En algunos momentos se producen parones, que se solucionan a los pocos minutos. "Esto no es normal, aquí siempre están los coches retenidos", aclara Rafael, a la altura del kilómetro 18. A las 7.56 coge la M-40 y enfila dirección Villaverde. "De aquí a casa ya va bien".
Rafael rememora los atascos que soportaba en este tramo antes de que estuviera construida la M-45. "Ahora no pasan los camiones que van a las cementeras de Arganda".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de diciembre de 2003