La exposición Ilusiones de la realidad. Los trucajes cinematográficos de Emilio Ruiz, de la Fundación Canal en Madrid (Mateo Inurria, 2), sorprende desde la entrada. Con sumo mimo el especialista en efectos especiales, ganador de dos Goyas, y el comisario de la muestra, Asier Mensuro, han montado en la sala unas maquetas que, parcial o totalmente, modifican los paisajes, los objetos y los seres humanos haciendo que la pantalla produzca al espectador la ilusión de realidad. "El único especialista que ha enseñado sus trucos y que incluso ha escrito un libro he sido yo. Pintaba delante de la gente en medio mundo: Europa. India, China...", contaba ayer Ruiz, candidato a los Goya por Soldados de salamina.
"Es difícil engañar a la cámara. Por ejemplo, poner una maqueta de una casa a dos metros y a cien metros unos edificios. Hay que hacer que haya la misma luz y que encajen los edificios", cuenta. El visitante puede ver la recreación de la rueda de los condenados de Conan el bárbaro y descubrir cómo se añadió nieve al paisaje pintando un cristal que se colocó delante de la cámara. O cómo en Conan el destructor una chapa recortada simulaba ser una fortaleza en la cima de una montaña. El espectador puede también situarse entre dos enornes piernas de cartón piedra y ver en una cámara cómo por arte de magia parece encontrarse bajo la estatua colosal del circo de gladiadores de El guerrero rojo.
Una maqueta de una nave espacial flota en el espacio y otra de un submarino rodeado de agua simula encontrarse en las profundidades oceánicas en el filme Supersonic Man. Se reviven las escenas de Viaje al centro de la tierra y se recrea un muelle y un galeón del siglo XVI, tal y como aparece en El puente de San Luis Rey, una cinta aún no estrenada que Robert de Niro rodó parcialmente en Málaga.
"Los productores ahorran conmigo. Con dos columnas y unas cortinas he hecho muchos palacios, hasta indios. Para la película Antonio y Cleopatra, por ejemplo, utilicé la fachada del edificio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas para hacer el palacio de Cleopatra". Piensa que las maquetas van a terminar con los decorados. "Siempre trabajo con la realidad. Si necesitan aviones, me voy a Cuatro Vientos y capto la pista y el cielo y luego meto el truco del avión".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de diciembre de 2003