El primer tramo de las negociaciones de la Pesca en la UE para fijar el número de capturas máximas para 2004 se saldó ayer con importantes concesiones a España. La UE acuerda fijar límites para evitar esquilmar el fondo marino, aunque después no siempre se cumple porque el control no es efectivo. Por eso, la Comisión Europea propone reducir el número de días de pesca de especies amenazadas, como la cigala y la merluza.
España logró posponer el sistema de que la Comisión quería aplicar ya a la cigala y la merluza de las aguas ibéricas, pero quizá tenga que aceptarlo dentro de sólo unos meses.
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A España le afecta de lleno este sistema de reducir el número de días de faena en el que confía la Comisión porque obliga a los barcos pesqueros a quedar amarrados en puerto una serie de días al mes (propone un máximo de 13 días mensuales de faena), lo que aumentaría la garantía de que los pescadores no explotarán los caladeros en los que ciertas especies están prácticamente en extinción. "Si aceptamos la propuesta de la Comisión Europea de aplicar este sistema a la merluza del Cantábrico, Galicia y Golfo de Cádiz, 698 barcos quedarían afectados, sin viabilidad económica para subsistir", vaticinó ayer el ministro español de Agricultura y Pesca Miguel Arias Cañete.
La Comisión insistía en que este sistema, bautizado como "limitación del esfuerzo pesquero" y ya probado para el bacalao, es fundamental en el caso de las especies amenazadas, de ahí que pidiera también para el merlán del Mar de Irlanda, el lenguado de la parte occidental del Canal de la Mancha y para las dos especies españolas: la merluza y la cigala de la península ibérica.
Finalmente, Bruselas optó anoche por excluir a estas dos especies de la limitación del esfuerzo para 2004, pero, a cambio, logró el compromiso español de aceptar un plan de recuperación a largo plazo a aprobar cuanto antes el próximo año y que podría incluir esa temida limitación del esfuerzo pesquero que Arias Cañete no rechaza de plano. "Lo de los 13 días era devastador", dijo el ministro, que añadió no estar en contra de una medida similar más suavizada, quizá con más días de faena al mes. La cigala, una de las especies más amenazas en las aguas de la península ibérica, queda a expensas de medidas provisionales más urgentes, a acometer quizá hacia marzo del próximo año.
España también logró otro regalo: que la Comisión aparcara su idea, quizá también sólo por el momento, de imponer nuevas zonas de veda para la cigala en aguas de Cantabria, Asturias, Rías Bajas, sur de Lisboa y Golfo de Cádiz.
España era así anoche uno de los países satisfechos con la marcha de las negociaciones, bloqueadas a las 23 horas por Francia, Bélgica e Irlanda. El acuerdo final es complicado porque hay varias negociaciones cruzadas. Los Quince deberán fijar los límites de capturas máximas autorizadas para un gran número de especies y para 2004.
Pero el informe del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) juega en contra de España. El CIEM ha propuesto el cierre de todos los caladeros en los que están las especies amenazadas. Paralelamente, la Comisión pretende negociar planes de recuperación a largo plazo para ciertas especies. Bruselas ha suavizado su primera propuesta eliminando el método del "límite de esfuerzo pesquero" e imponiendo un ritmo de recuperación un poco más lento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de diciembre de 2003