El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, declaró ayer el estado de emergencia fiscal en el Estado, con el objetivo de recortar el presupuesto estatal sin contar con las dos cámaras del Congreso estatal.
Esta decisión permitirá transferir durante el próximo año casi 2.700 millones de dólares a las administraciones locales para compensarles por la revocación del aumento de los impuestos a los automóviles. Los gobiernos locales de condados y ciudades han dejado de ingresar unos 300 millones desde que Schwarzenegger revocó un aumento de los impuestos sobre automóviles.
El gobernador californiano dijo lacónicamente que "tenía que hacerlo". Su autoridad para poner en marcha este plan procede de un acuerdo al que llegó la Legislatura de California con el anterior gobernador para afrontar crisis financieras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de diciembre de 2003