Hace apenas 15 días, que me dirigí a su periódico para comentarles los atropellos que el Ivima estaba haciendo con la remodelación que esta llevando a cabo en las viviendas de Canillas (distrito de Hortaleza). En la misma carta, comentaba, los auténticos atropellos a las leyes más elementales, a los derechos de los ciudadanos y el cómo este organismo oficial no cumplía con sus obligaciones; y lo sigo manteniendo; siguen sin actuar con legalidad.
Lo más triste de todo esto, es que ha fallecido un hombre colombiano, obrero trabajador de la empresa de Demoliciones AGE, que es la encargada de tirar las viviendas de la zona; lo penoso es que el permiso que poseen es de demolición total y no parcial, que es lo que en realidad están haciendo, dejando viviendas en solitario, cuando las vigas sostienen las casas de dos en dos, y por todo esto, lo mismo que a este pobre hombre se le cayó una casa encima, también se le pueden caer a la veintena de familias que aún quedan en esas viviendas. ¿Quieren saber algo más?. Tanto la Policía Municipal, como los bomberos, como el técnico del Ayuntamiento, que acudieron a la zona, tras las llamadas de los vecinos efectuadas después del desgraciado incidente, solicitaron al Ivima, que se personara en la zona el responsable de las obras. Ni siquiera se puso al teléfono ante la llamada de las autoridades. Es normal, que después de fallecer una persona, sigan con los trabajos de mudanza de los vecinos, del saqueo de las viviendas ya vacías por parte de gente que no tienen el más mínimo pudor en liarse a mazazos para llevarse una reja o ventana; y también es normal, que estuviese ya la grúa preparada para seguir con las demoliciones.
Esta persona fallecida, volvía a su país al día siguiente de su muerte, era su último día de trabajo y, su familia, en lugar de ir a recibirle al aeropuerto, tendrán que ir a recoger un ataúd. ¿Y es que no hay nadie que se responsabilice de todo esto? ¿No hay nadie que pare los pies a este organismo y a las empresas que subcontrata? De momento, los vecinos afectados han conseguido la paralización de las demoliciones y han interpuesto una denuncia en el juzgado de guardia; esperemos que alguien les haga caso y se eviten más muertes..
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de diciembre de 2003