La prohibición de los signos religiosos en la escuela francesa será objeto de una tramitación "muy corta" en febrero próximo, según anunció ayer el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, confirmando así la inmediata ejecución del plan enunciado el día anterior por el presidente Chirac. "De este modo será aplicable a partir del próximo curso escolar, como se ha comprometido el presidente de la República", añadió Raffarin en una comparecencia en el Senado.
Las demás medidas previstas -código del laicismo para los funcionarios públicos, reglamentación de vestimentas y signos religiosos en las empresas- formarán parte de otras medidas posteriores, lo mismo que un plan para favorecer la paridad entre hombres y mujeres en el mundo profesional.
Una organización fundamentalista anunció ayer la creación de una escuela musulmana en Marsella, entre otras iniciativas de este tipo, para recoger a las chicas que sean expulsadas de los colegios públicos por llevar el velo o el pañuelo: hay más de 1.200 muchachas escolarizadas con esta vestimenta en el curso actual, según un informe policial, pero según otras fuentes, la cifra real es cuatro veces mayor.
La ejecución de los planes anunciados por Chirac apartan claramente a Francia del modelo anglosajón de integración. En los Estados Unidos o en el Reino Unido se aceptan con normalidad las mismas vestimentas y símbolos que el presidente francés quiere proscribir en las instituciones de la República francesa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de diciembre de 2003