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El segundo francotirador de Washington es declarado culpable y espera veredicto

Desde primera hora de ayer, 12 miembros de un jurado del Estado de Virginia escuchan los argumentos de la fiscalía y la defensa sobre la pena que debe imponerse a John Lee Malvo, el segundo francotirador de Washington. Su socio en aquella ola de asesinatos en la capital estadounidense en octubre del año pasado, John Mohamed, ya fue condenado a la pena de muerte. Una vez que Malvo ha sido declarado culpable de al menos uno de aquellos diez crímenes, el jurado sólo puede escoger entre cadena perpetua o pena de muerte. La fiscalía está convencida de que el jurado optará por la pena capital.

John Lee Malvo, que ahora tiene 18 años, tenía 16 años cuando se cometieron los crímenes, una edad suficiente para acceder a los patíbulos de Virginia. Ese Estado es uno de los 21 de Estados Unidos que mantienen vigente la pena de muerte y uno de los que la aplican con mayor frecuencia.

A última hora del jueves, el jurado declaró a Malvo culpable del asesinato de Linda Franklin, una analista del FBI que murió de un disparo en la cabeza mientras cargaba las bolsas de la compra en el maletero de su coche.

Los abogados de Malvo trataron, en vano, de convencer al jurado de que Mohamed había sometido a Malvo a un "lavado de cerebro" que le impedía ser consciente de la gravedad de lo que estaba haciendo. Uno de los defensores aseguró durante el juicio que Mohamed había convencido a Malvo de que era un enviado de Alá llamado a crear una especie de secta de elegidos.

En cambio, la fiscalía describió a Malvo como un adulto feliz en su papel de asesino y orgulloso de la precisión mortífera de sus disparos. Quedó demostrado que el objetivo real de aquellos crímenes era la extorsión: los dos francotiradores pidieron 10 millones de dólares a la policía a cambio de dejar de matar. El jurado sólo tardó 13 horas en alcanzar el veredicto de culpabilidad, al que debe llegarse por mayoría simple. Una condena a muerte requiere unanimidad del jurado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de diciembre de 2003