Un año más, el Casco Viejo bilbaíno y, sobre todo, el Arenal acogieron ayer la tradicional feria de Santo Tomás. En esta ocasión, con más talo con chorizo que nunca, se reivindicó la profesión de capador de pollos, argumentando que el capón "está de moda", como afirmaban los baserritarras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de diciembre de 2003