Después de las elecciones catalanas, se ha producido un acuerdo histórico entre las fuerzas de izquierdas para gobernar. Desde diferentes ámbitos y medios se ha equiparado el acuerdo tripartito con el Pacto de Progreso balear. A pesar del parecido, las diferencias
son varias.
No ha habido un pacto de todos contra uno. En Cataluña, el Pacto de Izquierda no ha sido forzado y representa a una amplia mayoría de la sociedad. El reparto de poltronas no ha sido prioritario, como lo fue en Baleares. Los empresarios de Cataluña no se han puesto histéricos y han respetado los resultados de las urnas. En Baleares, por desgracia, la cultura democrática todavía está muy lejos de llegar a según qué segmentos de nuestra sociedad. Y haciendo referencia a la política catalana en general, los protagonistas tienen una talla y una categoría que ya nos gustaría en las islas. Los Matas, Antich, Munar y compañía tienen mucho que aprender de los Maragall, Carod, Saura... ¡Qué envidia, Cataluña!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de diciembre de 2003