Los californianos sintieron ayer temblar la tierra bajo sus pies. Un fuerte terremoto de 6,5 grados en la escala de Richter sacudió la costa sur del Pacífico estadounidense a las 11.16 horas locales, 20.16 horas peninsulares. El epicentro se situó en Cambria, sobre la falla de San Simeón, una zona turística del centro del Estado a medio camino entre Los Ángeles y San Francisco. Es el seísmo más fuerte que se registra en la región desde 1952.
Aunque los científicos calificaron el seísmo de "fuerte", los daños materiales fueron reducidos. Anoche la policía confirmó la muerte de dos personas; otras fuentes hablaban de tres. "El terremoto tenía el potencial para crear daños importantes. Por suerte se ha producido en una zona poco poblada", afirmó Ross Stein, geólogo del Instituto Geológico estadounidense. Cambria es una ciudad costera con apenas 6.200 habitantes.
El terremoto que azotó en 1994 el norte de Los Ángeles era de 6,7 grados en la escala de Richter y causó daños materiales valorados en 40.000 millones de dólares y está considerado como uno de los desastres naturales más devastadores ocurridos en EE UU.
Los sismógrafos desplegados en la zona no pudieron detectar el temblor en Cambria con antelación suficiente para advertir a la población. Como explicaron los expertos, el choque entre las placas se produjo muy próximo a la superficie, a unos siete kilómetros de profundidad.
El punto más alto del seísmo duró unos 30 segundos y luego pudieron sentirse cinco réplicas de 3,3 grados, que según los expertos continuarán durante los próximos días. Los daños más importantes se han producido a 35 kilómetros del epicentro, en Paso Robles (25.000 habitantes), donde se hundieron varios edificios.
Al seísmo le siguieron los habituales cortes en el suministro de luz, gas y agua en la zona castigada, que afectaron a unos 10.000 hogares. También había preocupación por que el terremoto hubiera afectado a las instalaciones una central nuclear situada a un centenar de kilómetros de epicentro, pero no se detectaron daños estructurales. La sacudida se sintió también en las ciudades de Los Ángeles, Sacramento y San Francisco, sobre todo en los edificios altos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de diciembre de 2003