La invasión de Irak, la detención posterior de Sadam Husein y la recuperación de la economía van a permitir a George W. Bush cerrar el año con un fuerte tirón de popularidad y con los mejores resultados desde agosto: el 59% de los votantes encuestados da un aprobado global a su gestión y el 60% cree que lo está haciendo bien en la posguerra de Irak. Entre los demócratas, Howard Dean, el precandidato más crítico con la guerra, se va configurando como el principal rival en las futuras elecciones presidenciales de noviembre de 2004.
Bush se puede ir estas navidades de vacaciones un poco más tranquilo, porque los sondeos vuelven a favorecerle tras meses de incertidumbre que han cuestionado su apoyo para permanecer otro mandato en la Casa Blanca. La encuesta conjunta publicada ayer por The Washington Post y la cadena ABC, a 11 meses de las elecciones, sugiere que el presidente tiene ahora una posición política más fuerte que le beneficia ante la campaña.
La captura hace 10 días de Sadam Husein ha cambiado las tornas en la opinión de los estadounidenses. El 60% de los votantes considera que la Administración Bush está lidiando bien con la postguerra en Irak. A mediados de noviembre, ese apoyo se limitaba al 48%, muy afectado por los ataques constantes contra las tropas de EE UU. No obstante, siete de cada 10 encuestados se muestran a favor de dar un papel mayor en la reconstrucción a la ONU y a otros países.
La encuesta refleja también una cierta satisfacción por la gestión económica de la Casa Blanca. El apoyo de los electores se sitúa en un 51%, y el 42% la califica de "buena" o "excelente". Los bajos tipos de interés, los recortes de impuestos y los signos de recuperación económica fomentan este cambio de actitud entre los votantes. Pero todavía existen dudas que podrían acabar pasándole factura en las urnas como le sucediera a Bush padre. El nivel de desempleo sigue siendo elevado (5,9%) y durante su presidencia se han destruido tres millones de empleos.
Los estadounidenses son más críticos respecto a otras cuestiones domésticas claves. El 36% rechaza la reforma del sistema público de asistencia sanitaria para los jubilados (Medicare), y en educación, el apoyo se limita al 47%, el más bajo de su mandato.
Tres de cada cinco encuestados creen que bajo el mandato de Bush se ha deteriorado la imagen exterior de EE UU. El secretario de Estado, Colin Powell, se mostró dolido en The New York Times por que se acuse a Estados Unidos de seguir una estrategia diplomática unilateral abusando de su poderío militar. "Es frustrante para mí", dijo.
Mientras, en las filas demócratas, Howard Dean -ex gobernador de Vermont- se perfila como el gran rival de Bush en las presidenciales. El sondeo publicado por The Washington Post refleja que el 37% de los encuestados se decanta por Dean, un incremento de 11 puntos en sólo una semana y el doble que en el sondeo de octubre. El problema es que Dean parte de muy atrás respecto a Bush, al que votaría el 55% si hoy hubiera elecciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de diciembre de 2003