La explanada municipal sobre Alderdi-Eder se convirtió ayer, por segundo año consecutivo, en un espacio para la memoria de las víctimas y también para la reivindicación de la paz. Unas trescientas personas, entre ellas representantes de todos los partidos del Ayuntamiento donostiarra, se unieron a familiares de víctimas en torno a una pancarta con el lema "Una llama por el recuerdo. Una llamada a la paz". Con velas encendidas que destacaban en la oscuridad creada al haberse apagado el alumbrado público, los concentrados escucharon emocionados el comunicado leído, donde se afirma que olvidar a las víctimas supondría "matarlas de nuevo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de diciembre de 2003