Al menos 60 personas perdieron la vida ayer después de que un viejo Boeing 727 cayera al mar tras despegar del aeropuerto internacional de Cotonú, capital económica de Benin, en África occidental, según informaron las autoridades del país. La ministra de Sanidad, Celine Segnon, informó anoche de la existencia de 22 supervivientes.
Los pescadores y servicios de rescate lograron recuperar decenas de cuerpos que fl0otaban en el océano Atlántico, cerca de la costa. Sostienen que la mayoría de los muertos tienen apariencia libanesa. No se sabe el número de pasajeros que iban a bordo del aparato perteneciente a la compañía chárter libanesa UTA y que se dirigía a Beirut, donde se produjeron escenas de dolor entre los familiares que esperaban. La policía de Guinea Conakry, de donde partió el avión antes de hacer escala, informa de que despegó con 31 pasajeros, la mayoría libaneses. En Benin subieron 63.
El avión tuvo problemas para recoger el tren de aterrizaje en despegue, golpeó un edificio al final de pista, explotó y se precipitó sobre el mar.
El pobre mantenimiento es la causa principal de accidentes en África. El de ayer es el tercero del año de aeronaves que se estrellan poco después de despegar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de diciembre de 2003