Dos hombres murieron ayer por la tarde en Terrassa (Barcelona) por los disparos realizados por el vecino Ernesto G. C., con quien poco antes, y según fuentes policiales, habían discutido por un aparcamiento. Los hechos ocurrieron a las siete de la tarde en el barrio de Can Palet mientras las víctimas, de nacionalidad portuguesa, se encontraban en un parque situado ante el domicilio del agresor, quien les disparó desde su ventana. Tras los hechos, éste se entregó a la policía.
Uno de los hombres fallecidos, J. N. B., murió al instante en la calle durante el tiroteo, mientras que el otro, un joven de 23 años de edad y que respondía a las iniciales A. E. C., murió en la mesa de operaciones del hospital de la Mutua de Terrassa poco después de ingresar. Los vecinos dijeron que las dos víctimas, de nacionalidad portuguesa, pertenecían a la misma familia, de etnia gitana, y residían en el barrio de Can Palet, el mismo donde ocurrieron los hechos.
Testigos presenciales explicaron que los dos fallecidos se encontraban delante de la casa del agresor, en la calle de Colón, bebiendo cerveza y tocando un organillo, algo que hacían con mucha frecuencia. Estos vecinos aseguran que los dos hombres no solían causar molestias a los vecinos. Algunas fuentes afirman que los hombres se encontraban en el exterior de su furgoneta, una Ford Transit de color blanco que a menudo se hallaba estacionada en la misma calle.
Según fuentes policiales recogidas por Efe, el agresor y las dos víctimas habían mantenido poco antes del suceso una discusión por una plaza de aparcamiento, aunque no trascendieron los detalles de la misma. Algunos vecinos afirmaron que el agresor, Ernesto G. C., de 61 años de edad, subió a su casa, situada en el segundo piso, y con gran celeridad efectuó varios disparos. Uno de ellos dio de lleno en la cabeza de la primera víctima.
Los vecinos explicaron que en el momento del disparo el agresor estaba solo en su domicilio, ya que sus hijos estaban trabajando y su mujer estaba cuidando a su madre. La policía confirmó que, justo después de disparar, el agresor llamó a la comisaría para informar de lo ocurrido y entregarse. Los vecinos del inmueble aseguraron que el agresor no había mostrado actitudes violentas con antelación y se mostraron muy sorprendidos por el suceso, que rompió la paz de un barrio popular de Terrassa donde conviven sin grandes problemas personas llegadas de decenas de países diferentes.
El Cuerpo Nacional de Policía inició anoche una investigación para aclarar los hechos y, de momento, descarta que el crimen fuera producto de una venganza por parte del agresor. A última hora de la noche la policía seguía registrando el piso del agresor para encontrar nuevos detalles que permitieran esclarecer lo sucedido. Fuentes policiales informaron que el arma utilizada era una escopeta de caza y el agresor tenía caducado el permiso de armas. El Juzgado de Instrucción número 5 de Terrassa se encargará, a partir de hoy, de instruir las diligencias del caso.
La policía también intensificó anoche la vigilancia en el barrio de Can Palet por temor a posibles disturbios o venganzas. Al cierre de esta edición no se había registrado ningún incidente de gravedad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de diciembre de 2003