El anuncio del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, de un presunto plan de atentar contra el Vaticano con un avión kamikaze en Navidad ha despertado críticas desde la oposición de centro-izquierda, que le atribuyen un exceso de ligereza y alarmismo. Berlusconi asegura que pasó la Nochebuena en permanente contacto con las fuerzas de seguridad en previsión de un atentado similar al del 11-S.
En declaraciones que recogió ayer el rotativo Libero, cercano al Gobierno, Berlusconi afirma que la amenaza terrorista se basaba en "informaciones precisas y contrastadas" procedentes de los servicios secretos. La policía italiana confirmó el estado de máxima alerta entre sus fuerzas que ha llevado al cierre del espacio aéreo sobre Roma entre el 24 y mañana lunes.
El anuncio ha creado alarma entre la opinión pública y amenaza con convertirse en una más de la larga serie de polémicas protagonizadas por el jefe de Gobierno italiano este año. El propio alcalde de Roma, Walter Veltroni, ha señalado la inutilidad de "crear un clima de miedo e inseguridad" y ha criticado el hecho de "revelar informaciones que son reservadas con el fin de no crear alarma".
Berlusconi ha sido tachado de "alarmista e irresponsable" por diversos exponentes de la oposición, como el jefe del grupo de diputados comunista del PDCI, Marco Rizzo, o el líder de los Verdes, Alfonso Pecoraro Scanio.
Pecoraro Scanio señaló ayer que después de su último tropiezo "es mejor que Berlusconi vuelva a su labor de empresario, ya que no se da cuenta de que es el jefe del Gobierno y sigue hablando demasiado". Desde las filas de la oposición se recuerda que la amenaza del terrorismo islámico ha crecido en Italia en parte gracias al apoyo del Ejecutivo a la intervención militar en Irak. Por su parte, el responsable del comité parlamentario de control de los servicios secretos, el ex ministro del Interior Enzo Bianco, señaló ayer su "sorpresa y contrariedad" por las afirmaciones del primer ministro.
Bianco indicó que en Italia existe una alarma general frente al terrorismo de tipo islámico, pero que en las últimas reuniones con los responsables de seguridad no se habló de "ningún indicio concreto" de un ataque al Vaticano. "En este periodo", dijo, "sería mejor utilizar la prudencia y evitar alarmismos en una cuestión tan delicada". Ante el impacto de sus afirmaciones, Berlusconi ha intentado dar marcha atrás y en un comunicado se declaraba que sus comentarios habían sido sacados de contexto por Libero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de diciembre de 2003