El mensaje de la Iglesia no está de acuerdo con su infraestructura. Cuando alguien hace carrera en la Iglesia, la hace al revés. En vez de una carrera hacia la pobreza, la hace hacia la púrpura. De monje "descalzo" a purpurado. Un equipo de cardenal cuesta 14.000 euros. ¡Ay!, los años sesenta (Vaticano II). Se cantaba: Para cantar el Veni Creator se necesita casulla de oro, pero los pobres "canuts" (obreros que las bordaban) van descalzos. Sólo el 32% de los católicos, a través del IRPF, quiere sostener a la Iglesia. Como no llega se consigue el truco de la tercera casilla. Y como no llega, pues se le quita a los demás a la fuerza. En Alemania, si eres católico, pagas; si no, no. Pero es que la vida está muy cara hijos míos. Una santificación, sin ir más lejos, sale por un ojo.
El auténtico santo debía ser el que dejara dicho: "Por favor, no me santifiqueis, pues me he enterado que en el mundo mil millones de personas no tienen agua.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de diciembre de 2003