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Los ultranacionalistas ganan las elecciones legislativas de Serbia

Milosevic logra un escaño de diputado y su partido obtiene el 7,6% de los votos

El ultranacionalista Partido Radical ganó ayer las elecciones generales de Serbia con un 27,5% de los votos, según los primeros datos. Hace menos de un año, su líder, Vojislav Seselj, se entregó al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPI). Allí se le acusa de crímenes de guerra y de genocidio, igual que a su aliado Slobodan Milosevic. Ambos lograron un escaño de diputado en el que no se podrán sentar mientras permanezcan detenidos en La Haya.

La victoria de un partido belicoso, con un líder en el banquillo y de lenguaje antioccidental representa un golpe para el proceso de normalización emprendido hace tres años por la UE y Estados Unidos. Pero la situación creada tras estas elecciones puede ser menos dramática de la que pronosticaban algunas encuestas.

El Partido Radical que, en ausencia de Seselj, lidera Tomislav Nikolic, tendrá muy difícil la formación de un Gobierno. De mantenerse los porcentajes provisionales al final del escrutinio oficial podría contar con 82 de los 250 escaños del Parlamento, una fortísima subida desde los 23 con los que contaba en la legislatura anterior. Un posible aliado, el Partido Socialista Serbio de Slobodam Milosevic, quien al igual que Seselj hizo campaña telefónica desde La Haya, ha obtenido un pobre 7,4% que se podría traducir en unos 21 escaños, insuficientes para lograr juntos una mayoría absoluta.

En el fraccionado centro reformista, el Partido Demócrata Serbio del ex presidente yugoslavo Vojislav Kostunica se ha convertido en la segunda fuerza más votada con un 18% de votos, (unos 53 escaños). Le sigue el Partido Demócrata del asesinado primer ministro Djindjic con un 12,6% (37 escaños) y el G17 Plus del economista Miroljub Labus con un 11,4% (34). Juntos quedarían justo por debajo de la mayoría absoluta según los datos provisionales de la Comisión Electoral.

También obtuvo representación parlamentaria la coalición del Movimiento de Renovación Serbio de Vuk Draskovic y el Partido Nueva Serbia de Velimir Ilic con un 7,7% (23 escaños).

Según el Centro para las Elecciones Libres y la Democracia participó el 59,3% de los seis millones y medio de electores.

El nuevo Gobierno dependerá de la facultad que posean los líderes centristas de aparcar sus diferencias. Ellos son los únicos candidatos con los que cuenta la comunidad internacional para conducir a Serbia hacia la integración en la UE. Existe una especial animosidad entre el ex presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, y el jefe del Gobierno, Zoran Zivkovic. Kostunica, que se opone a la colaboración con el tribunal de La Haya, acusó a Zivkovic y a sus ministros durante la campaña electoral de fomentar la corrupción y de desarrollar una pésima política económica.

Según el analista político del semanario Vreme, Milos Vasic, estas han sido las elecciones mejor organizadas y más democráticas desde la fractura de Yugoslavia. Vasic dijo a EL PAÍS que por primera vez los electores decidieron entre programas políticos correctamente presentados y no tanto entre caudillos y líderes.

Según este periodista, a pesar del resurgimiento del discurso nacionalista, fomentado por la severa crisis económica, Serbia no girará drásticamente hacia el ultracionalismo y se verá obligada a mantener el curso de negociaciones iniciadas con Bruselas en el marco de la política de integración europea. Esto incluye respetar el ritmo de retorno de los refugiados y a colaborar con La Haya. El éxito de los radicales se debe a esa grave crisis económica y a la percepción de que el futuro se maneja desde Bruselas. Esto podría forzar a un ligero giro nacionalista entre los centristas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de diciembre de 2003