Si el PP supiera o quisiese rentabilizar el impacto mediático de los movimientos de Alberto Ruiz-Gallardón, seguramente descubriría el enorme potencial de un político controvertido en su propio partido, cuyos gestos nunca pasan desapercibidos y muy frecuentemente suelen ser motivo de amplios titulares, cuando no de polémica.
La decisión del alcalde de transmitir su mensaje navideño desde la emisora Radio-Taxi, es el mejor ejemplo para ilustrar este comentario y analizar los resultados de una acción política muy sutil pero cargada de intenciones, no tanto por el contenido de su discurso como por las consecuencias derivadas del mismo.
La enorme repercusión en los medios de esta iniciativa de Gallardón es la mejor evidencia de lo que se puede lograr en política, cuando se saben utilizar adecuadamente la sensibilidad y la intuición. El haber descartado la comparecencia en Telemadrid o en TVE para la retransmisión, entendido inicialmente por muchos como un error estratégico, ha vuelto a demostrar el positivo efecto de determinadas decisiones políticas si se realizan oportuna e inteligentemente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de diciembre de 2003