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Cien historiadores piden la retirada del monolito a Franco en Orihuela

Un monolito con el retrato de piedra del caudillo Francisco Franco, engalanado con una corona de laurel, como símbolo de victoria, sigue presidiendo una de las zonas más transitadas de Orihuela, la plaza de Gabriel Miró. Un grupo de intelectuales considera la escultura un anacronismo y pide al Ayuntamiento la retirada de este vestigio de la dictadura.

El historiador Jesús Millán presentó ayer en el registro municipal de Orihuela un escrito de protesta exigiendo la retirada inmediata del monolito. El documento, que se ha preparado con motivo del 25 aniversario de la Constitución, emplaza a la Generalitat y al Ayuntamiento a cumplir el acuerdo unánime suscrito el año pasado en el Congreso de los Diputados que instaba a las autoridades a "evitar" en la vía pública cualquier residuo del régimen franquista.

Los firmantes del manifiesto consideran que el busto de Orihuela debe retirarse de la calle y trasladarse a un museo, ya que a su juicio, es un monumento "partidista que ignora y menosprecia a las víctimas de la rebelión y de la dictadura franquista." El escrito recoge que la conmemoración de la aprobación de la Carga Magna es una "coyuntura oportuna" para examinar estos vestigios franquistas que siguen instalados en espacios públicos, y aprobar su retirada. Los historiadores tildan de "lamentable" que este busto preconstitucional, que se instaló el último alcalde franquista, Pedro Cartagena Bueno, siga "exaltando de manera sectaria" la figura de Franco, uno de los "dictadores y genocidas más destacados del siglo XX".

El documento de protesta está avalado por 109 historiadores de las universidades de Alicante, Valencia, Miguel Hernández y Jaume I, entre los que figuran: Pedro Ruiz, Armando Alberola, Emilio Laparra, Manuel Ardit, Jorge Hermosillo, Glicerio Sánchez, Ramir Reig o Emilio Soler.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de diciembre de 2003