La celebración de la llegada del nuevo año en Barcelona fue de lo más variopinto: desde la macrofiesta dance que reunió a miles de personas en el Palau Sant Jordi de Montjuïc, a la ya incívica y nueva costumbre -que ha hecho furor de unos años para acá y que, lejos de amainar, parece que cada año coge más fuerza- como la de romper cascos de botellas en el centro de la plaza de Catalunya, o la marcha de protesta con antorchas que un numeroso grupo de jóvenes protagonizó en Nochebuena ante la cárcel Modelo.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de enero de 2004