Tradicional concierto del 1 de enero.
Sin ese no sé qué
Por la televisión, por la radio y, este 2004 por vez primera en las pantallas de los cines, medio mundo ve y escucha el tradicional Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena. Independientemente de cómo resultara la velada del día de San Silvestre, de la presencia o no de la pertinaz resaca, y ante el panorama de recoger los restos del naufragio, nada mejor que refugiarse en los valses y las polcas, dejar para luego -cuando empiecen los saltos de esquí- abluciones y fregados y disfrutar sin agobios de una música que quiso ser festiva y hoy es también nostálgica.