Algunos periódicos europeos le han llamado "bufón ignorante", "payaso arrogante" o "turbio negociante". A mí, aparte de eso, el presidente de turno de la UE me ha parecido siempre un machista incorregible. Por ello, una no puede sino alegrarse de que el señor Berlusconi haya abandonado ya ese cargo.
Este hombre, que, en su opinión, sabe cómo tratar a la gente, debe estar acostumbrado a departir con personas burdas, zafias y machistas como él. Quien en su día apeló a la belleza de las secretarias de su país para animar a los estadounidenses a invertir en Italia, se ha despedido de su cargo con un "Gerhard, cuenta algo de mujeres, que tú de eso sabes mucho", dirigido al canciller alemán Gerhard Schröder.
Señor Berlusconi, lo único que le deseo en estas entrañables fiestas es que se atragante con el panettone y el vino con el que vaya a celebrarlas. Y confío en que este nuevo año nos traiga un mejor presidente de la UE.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de enero de 2004