Las pedanías de Valencia, los barrios marítimos o San Marcelino, y las nuevas zonas de expansión urbanística sufren una baja dotación de servicios. Así se desprende de un análisis sobre la distribución del sector -desde peluquerías a hostelería, pasando por bancos, ocio y reparaciones- encargado por la Concejalía de Empleo. El Ayuntamiento de Valencia prevé utilizarlo como base para "diseñar estrategias que marquen las políticas activas de empleo", y encauzar iniciativas de autoempleo hacia las zonas con mayor demanda. Así, Nou Campanar, la avenida de Francia o Benimaclet, con un claro crecimiento urbanístico, sufren una "escasa dotación de servicios por el fuerte incremento poblacional esperado", y arrastran el mismo problema barrios consolidados como San Marcelino, la Malva-rosa, Natzaret y pedanías como Benimàmet, Forn d'Alcedo o La Torre.
Valencia cuenta con 19.907 licencias de servicios, y las zonas con mayor porcentaje de establecimientos son "Centre Ciutat" y Gran Vía, seguidas de El Carme, Russafa, Botànic, Jerusalén y Pla del Reial. Las peor paradas son Natzaret, Rascanya-Nord y Poblats del Nord, y numerosos barrios, como La Saidia, Jesús-Patraix, Malilla, La Plata, El Cabanyal, El Grau y Torrefiel-Orriols, tienen un "ligero déficit". Aún así, el estudio afirma que en muchas zonas hay más servicios que comercios. El gasto per cápita en el sector alcanza los 3.331 euros anuales, con un total de 2.539 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de enero de 2004