El cazador de cocodrilos de Brisbana Steve Irwin, que el pasado viernes día 2 se metió en el recinto de estos feroces animales para darles de comer mientras llevaba en brazos a su hijo Robert, de un mes, ha levantado la protesta de numerosos australianos por su temerario comportamiento ante las cámaras de televisión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de enero de 2004