Todos los años, la ilusión llega a los hogares madrileños el Día de Reyes. Las bicicletas, unas de las grandes triunfadoras de la jornada, aparecen por calles, plazas y jardines. La imagen se repite, y la felicidad de los rostros infantiles compensa el esfuerzo de los padres por ajustar la máquina.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de enero de 2004