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OPINIÓN DEL LECTOR

Comercio en mi barrio

El comercio minorista madrileño ha perdido, desde 1997, casi un 50% de couta de mercado como consecuencia de la llegada de las grandes superficies. La pérdida de competitividad y la limitación de la oferta por falta de capacidad financiera, han decantado a los consumidores hacia los centros comerciales y los hipermercados en perjuicio de las tiendas tradicionales de toda la vida.

Afortunadamente se empiezan a apreciar síntomas de recuperación en el pequeño comercio, un tipo de establecimiento imprescindible tanto para animar nuestro entorno como para solucionar el suministro básico inmediato. Para los que deciden vivir en el extrarradio, desplazarse al hipermercado de turno incluso para comprar una barra de pan es algo habitual, pero para los que eligen vivir en la ciudad, la proximidad es sinónimo de calidad de vida.

Las pequeñas tiendas siempre existirán, porque contribuyen a crear esa atmósfera tan entrañable de barrio de toda la vida. Hay que aplaudir al Ayuntamiento de Madrid por las nuevas medidas que están favoreciendo su recuperación y animarle a que continúe apoyando a un colectivo tan necesario.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de enero de 2004