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El ex director financiero de Enron decide colaborar con la justicia de EE UU

Andrew Fastow, antiguo director financiero de la quebrada Enron acusado de esconder miles de millones de dólares de deuda de la compañía energética, está negociando una confesión de culpabilidad con la justicia estadounidense a cambio de una condena de 10 años de prisión, según fuentes cercanas a las negociaciones.

Su mujer, Lea, asesora de Enron, acusada de conspiración para cometer fraude y de lavado de dinero, también está negociando un trato similar para conseguir una sentencia de sólo cinco meses de cárcel.

Craig Smyser, un abogado de Houston que defiende a Andrew Fastow, declinó ayer hacer comentarios al respecto. Los fiscales encargados del caso llevan tiempo buscando la colaboración del matrimonio para conseguir más pruebas contra los ex presidentes de Enron Kenneth Lay y Jeffrey Skilling. "El escenario más probable es que si ellos cooperan esto traerá problemas a Skilling primero y entonces quizás también a Lay", indicó ayer un antiguo fiscal federal, Robert Mintz.

Está previsto que el juicio contra Andrew Fastow, acusado de un centenar de delitos, incluido fraude, lavado de dinero y conspiración, comience en abril.

El caso Enron ha entrado en un proceso más positivo para los acreedores. El pasado martes, el juez que instruye la bancarrota de la que llegó a ser séptima empresa estadounidense, ha comenzado a ejecutar el denominado plan de acreedores con el que la compañía persigue salir de la bancarrota.

Con este plan, los acreedores lograrían recuperar más de 7.000 millones de dólares en efectivo y daría lugar a la creación de una nueva compañía, la CrossCountry Energy, que recogería los activos de cerca de 16.000 kilómetros de gasoductos de gas natural norteamericano. Los activos en el extranjero pasarían a otra empresa llamada Prisma.

Enron tiene ahora unos 6.000 millones de dólares en tesorería, después de la venta de activos por un valor superior a los 3.200 millones, así como de la liquidación de contratos para suministrar gas por otros 2.500 millones de dólares. La empresa prevé recuperar una cuantía similar que provendría de los contratos de su cartera de energía y materias primas.

Enron, que en su día fue la séptima compañía de energía de Estados Unidos por ventas, protagonizó la mayor quiebra del país en diciembre de 2001. La crisis de la compañía hizo temblar los cimientos y la credibilidad de los mercados. La compañía, con sede en Houston, perdió 68.000 millones de dólares en capitalización bursátil desde su máximo histórico, alcanzado en agosto de 2000, hasta el día en el que presentó la quiebra. Al menos 5.600 trabajadores perdieron su empleo y el auditor de la empresa, Arthur Andersen, sucumbió también en el escándalo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de enero de 2004