Madrid
Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, decidió ayer aplazar el almuerzo previsto con los ex presidentes regionales Joaquín Leguina y Alberto Ruiz-Gallardón. Aguirre suspendió el encuentro tras la polémica que se había desatado en las últimas horas al saberse que el alcalde no iba a asistir por tener un compromiso previo. Para intentar acallar los rumores de un nuevo desencuentro entre la presidenta y el alcalde, la cita ha quedado aplazada.
Fue la propia Esperanza Aguirre la que desveló que había recibido una llamada en su teléfono móvil del alcalde en la que éste le informaba de que ayer era el cumpleaños de su hijo Ignacio y que, por tanto, se trataba de un compromiso familiar "inaplazable".
Aguirre aseguró ayer una vez más mantener una excelente relación con Ruiz-Gallardón. "Es la de dos buenísimos amigos", dijo. Pero instantes después confirmó la noticia de que el Gobierno regional estudia paralizar las obras del teatro del Canal, uno de los grandes proyectos promovidos por Ruiz- Gallardón en la última legislatura. Así la presidenta indicó que este complejo no es una iniciativa promovida por su Ejecutivo y recordó que el Canal de Isabel II "es una entidad cuyo objetivo fundamental es garantizar el suministro de agua a los madrileños". Y añadió: "Por eso no tiene nada de raro que el propio Canal estudie esas obras, que están empezando, que están en un momento de cimentación y las otras alternativas que se le ofrezcan", añadió la presidenta. "El Gobierno regional ni ha tratado este tema, ni probablemente lo trate. Es una cuestión del Canal".
Simancas arremetió ayer por segundo día contra las tensas relaciones que viven los dos dirigentes del PP madrileño. "Difícilmente podemos esperar que Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre sean capaces de ponerse de acuerdo con un mínimo de lealtad institucional y voluntad de colaboración para resolver los problemas de los ciudadanos madrileños si, ni tan siquiera, son capaces de organizar una comida de Navidad sin tirarse los trastos a la cabeza", dijo.
"Los desencuentros personales, los conflictos políticos entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón han llegado", dice Simancas, "a tal nivel que ya se muestran incapaces de convenir de forma razonable y discreta una fecha para llevar a cabo una comida institucional".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de enero de 2004