El nuevo Gobierno catalán pide que se le dé un periodo de 100 días de gracia antes de hacerle ninguna crítica. Pese a ello, hay decisiones sobre las que no hace falta esperar estos tres meses. Ya se ve que no van por el buen camino. Me refiero, por ejemplo, al número de mujeres que han sido nombradas, muy por debajo de lo que se había prometido. Pasqual Maragall aseguró durante la campaña que quería la equidad entre hombres y mujeres en su Gobierno y ahora se ha visto que en esto se ha quedado muy lejos. También tiene su gracia que Iniciativa per Catalunya Verds, formación gran defensora de la mujer trabajadora, haya nombrado consejeros a dos hombres y a cero mujeres. Y el problema no se da sólo en el rango de consejero, sino también en las secretarías generales, donde las mujeres nombradas son más que escasas.
Por otra parte, pienso que también resulta muy lamentable que Pasqual Maragall, Joaquim Nadal y Josep Lluís Carod Rovira hayan nombrado a familiares suyos como cargos de confianza próximos a ellos. ¿Seguro que estas personas eran las que tenían el mejor currículo para ocupar los respectivos cargos? ¿O su máximo mérito es ser hemano de...?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de enero de 2004