Rebosantes de espiritualidad hemos acabado "la Navidad" y nos hemos adentrado en "las Rebajas"; éstas, indefectiblemente, nos llevarán al "Día de los Enamorados", para luego empalmar con el "Día del Padre", "Día de la Madre"..., y así sucesivamente hasta llegar otra vez a "la Navidad".
Teniendo en cuenta que nuestras vidas están regidas cada vez más por las multinacionales, que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo libre en esos templos del saber, el recogimiento y la reflexión que son los centros comerciales, y que la doctrina imperante establece como fin supremo del hombre en esta vida el consumir a porrillo, ¿por qué oficialmente se sigue manteniendo la división del año en estaciones y meses cuando a la luz de los hechos sería más adecuado hacerlo en campañas comerciales?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de enero de 2004