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Necrológica:

Hukwe Zawose, el músico tanzano protegido de Peter Gabriel

El músico africano Hukwe Zawose falleció el 30 de diciembre en su casa de Tanzania. Fue uno de los protegidos de Peter Gabriel y se le pudo ver en los festivales Womad organizados por todo el mundo. El artista británico intentó que se conociera su música en Occidente, al igual que había hecho antes con Nusrat Fateh Alí Khan, aunque con menos fortuna que en el caso del cantante paquistaní. A mediados de los años noventa, Gabriel publicó en su sello Real World Chibite, y más tarde, en el 2001, Assembly, la fascinante grabación de Zawose con el guitarrista y productor canadiense Michael Brook, que a partir de las nuevas tecnologías logró resultados prodigiosos.

Como se decía en la carátula de Assembly, la música de Zawose se basa en las tradiciones del pueblo wagogo, del centro de Tanzania, e incorpora composiciones propias con letras en idioma kigogo y en suajili. El primer tema del compacto se incluyó también en Spirit of Africa, un disco colectivo de músicos africanos para recaudar fondos en la lucha contra el sida.

Hukwe Zawose había nacido en 1940. Tanzania, uno de los países del este de África, se encontraba en aquel tiempo aún bajo dominio británico. La independencia no llegaría hasta 1961 de la mano de Julius Nyerere. El joven Zawose creció en una granja y, siguiendo la tradición de los wagogos, cantaba mientras trabajaba en los campos con el ganado. Enseguida su voz asombrosa, con un tremendo poderío y un registro de cinco octavas, se hizo notar, y él empezó a viajar de pueblo en pueblo cantando para los demás trabajadores agrícolas. "Mi voz era tan dulce que a menudo la gente lloraba al oírme", recordaba. Cuando el primer ministro Nyerere le invitó a su residencia de Dar-es-Salaam, Zawose se convirtió en un héroe. Hasta empezaron a circular historias sobre su posible inmortalidad o los poderes curativos de su voz. Tocaba el ilimba -un enorme piano de pulgar- y el izeze -violín con un número variable de cuerdas-, así como una flauta tradicional llamada filimbi y la nguga -campanitas que se atan al tobillo-. "Cuando toco, mi cuerpo empieza a hervir y entonces tengo que bailar. No necesito comer ni dormir porque estoy alimentándome de música", solía decir.

El doctor Zawose, que no fue al colegio -apenas unos días en la escuela de misioneros-, se preocupó por las labores pedagógicas y daba clases en el College of Performing Arts, de la ciudad de Bagamoyo. En Finlandia, la Academia Sibelius le había entregado un doctorado honorífico y, según informa la BBC, Peter Gabriel, desolado al enterarse de su muerte, ha declarado que "era un músico extraordinario, cantante y compositor, y que hizo una de las músicas más hermosas que jamás se hayan publicado en Real World". Otro Zawose tomará ahora el relevo: su sobrino Charles, que le acompañó en numerosas giras como percusionista y lidera African Fire, una formación de 14 músicos con varios miembros del clan Zawose en sus filas.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de enero de 2004