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LA POSGUERRA DE IRAK

Sadam recibe el estatuto de prisionero de guerra

El Pentágono aclaró ayer la situación de Sadam Husein al declararlo oficialmente prisionero de guerra, lo que permitirá al ex presidente iraquí acogerse a la Convención de Ginebra. Mientras, los presos de Guantánamo siguen flotando en el limbo legal en el que les mantiene su estatus de "combatientes enemigos". El Tribunal Supremo de EE UU examinará el caso de dos de ellos en los próximos meses.

"No es muy corriente tener a un prisionero de guerra de tanto rango. Así que primero quisimos asegurarnos de todas las repercusiones", dijo el portavoz del Pentágono, el comandante Michael Shavers, que especificó que la nueva situación del líder iraquí no alteraría sus condiciones de detención. "Sadam era el jefe militar del antiguo régimen y fue capturado, esto le convierte en un prisionero de guerra". Hasta ahora, Washington había evitado aclarar cuál era el estatus legal de Sadam. El martes, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, eludió la pregunta al afirmar que el líder preso "estaba en buenas manos".

La condición de prisionero de guerra no afectará a su futuro juicio. El ex dictador podría ser juzgado antes de seis meses, según declaró anoche la juez Dara Nurreddine, miembro del Consejo de Gobierno de Irak. De ser así, ese proceso conviviría en el tiempo con la precampaña electoral de Estados Unidos, que en noviembre elige presidente. Nurreddine, aseguró que Sadam Husein "será juzgado por magistrados iraquíes asistidos por jueces extranjeros".

Husein es interrogado por la CIA en una cárcel de Irak, sin que por ahora se muestre dispuesto a cooperar. Los documentos incautados durante su captura, el 13 de diciembre, sí han aportado datos "que han permitido realizar operaciones" contra la resistencia, aseguró a la agencia Associated Press un alto responsable del Ejército británico. "Sadam no habla. (...) No está dando información que pueda ser utilizada. Creo que EE UU está tomando el tiempo necesario para que se relaje en cautividad", indicó el responsable británico.

Mientras tanto, el Tribunal Supremo aceptó ayer a trámite el caso de Yasir Esam Hamdi, un prisionero relacionado con Al Qaeda nacido en EE UU y capturado en Afganistán, y que desde entonces permanece preso e incomunicado pese a no haber sido acusado de ningún crimen. El padre de Hamdi y un abogado que nunca ha podido entrevistarse con su cliente presentaron la apelación alegando la violación de los derechos civiles de su hijo. Es el segundo caso que el Supremo ha aceptado examinar. Antes de finales de mes debería decidir sobre la detención de José Padilla, sospechoso de querer atentar con una bomba sucia (bomba convencional rodeada de material radiactivo). El caso Hamdi debería decidirse en julio.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de enero de 2004