Señora Aguirre, consiguió que el día de Reyes se me atragantara el roscón al leer un titular que decía: Aguirre estudia suspender las obras del teatro del Canal, aprobadas por Ruiz-Gallardón. Creo que las guerras particulares con su colega de partido, señor Ruiz-Gallardón, no deben pagarlas los muchos españoles, y sobre todo madrileños, que tienen que marchar al extranjero al no encontrar aquí trabajo y que veían un futuro en sus estudios dedicados a las artes escénicas. Estos chicos y chicas invierten muchos años de esfuerzo y estudios; sólo tiene usted que visitar unas horas algún conservatorio de danza de los que existen en Madrid y ver allí a los niños y niñas entregar lo mejor que tienen para darse cuenta del futuro que les espera si paraliza usted la construcción de este teatro.
Yo entiendo, señora Aguirre, que después de su campaña electoral, y tanta promesa, las cuentas no le salen y eso que está usted empezando. Estimo conveniente que usted quiera construir hospitales, líneas de metro..., pero, por favor, señora Aguirre, no desvista usted a un santo para vestir a otro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de enero de 2004