Señor alcalde, de una pieza me he quedado al comprobar la inaudita subida en los precios de las actividades deportivas municipales. El nuevo año me ha traído una nada despreciable subida del 25% en el bono para tratamiento de fisioterapia. Y la piscina, y las clases de aeróbic...
Asumo que anda usted un poco pillado con tanto gasto inesperado: una boda real, una concejal con necesidad de volver a las zonas nobles, ese traslado al Palacio de Comunicaciones. Pero, de verdad, ¿le parece honesto, razonable y hasta decente asaltar nuestros ya de por sí maltrechos bolsillos con subidas de tasas y precios públicos desproporcionadas y del todo punto absurdas?
Ande, déjese de cabalgatas de Reyes Magos carísimas, de traslados innecesarios y de gastos en flores, y acuérdese de sus conciudadanos, que para algo es nuestro alcalde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de enero de 2004