El Palau de la Música Catalana acoge esta noche el debut en España del violinista y compositor Roby Lakatos, heredero de la mejor tradición de la música gitana húngara. Arreglos de fulgurante virtuosismo, que adaptan a su estilo clásicos populares, estándares del jazz, melodías gitanas y temas del mundo del cine, nutren el ecléctico repertorio de este exuberante violinista que deslumbró al legendario Yehudi Menuhin con su virtuosismo, su variedad estilística y su fogoso temperamento. Su trepidante fusión de estilos llega hoy a Barcelona en un concierto de la temporada de Palau 100 (21.00 horas)
Para afrontar su primera actuación en un auditorio español, Lakatos y su grupo han preparado una explosiva muestra de su ecléctico repertorio en un programa cuajado de temas de célebres bandas sonoras de Ennio Morricone, Nino Rota, Anton Karas. Miklós Rozsa y Jerry Bock; piezas tradicionales húngaras, y melodías gitanas, entre ellas Djalem, djalem, adoptada como himno internacional del pueblo gitano.
Antecedentes ilustres
Descendiente de Janos Bihari, al que Beethoven consideraba "el rey de los violinistas gitanos", Roby Lakatos, nacido en 1965, pertenece a una familia que ha hecho historia en la música húngara. Sus primeros maestros fueron su tío, el célebre violinista Sandor Lakatos, y su padre, Tony Lakatos, saxofonista de jazz, que convirtieron al pequeño Roby en un niño prodigio. Paralelamente al aprendizaje familiar, estudió violín clásico en el Conservatorio Bela Bartók de Budapest.
Lakatos y su grupo saltaron a la fama a finales de los ochenta con sus actuaciones en Les Ateliers, conocido club de jazz de Bruselas, donde recibieron el apoyo incondicional de Menuhin. Tras varias giras por Europa, Japón y Estados Unidos, su proyección internacional aumentó con el apoyo de la discográfica clásica Deutsche Grammophon, que publica sus discos en exclusiva desde 1998.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de enero de 2004