Abro a veces el canal DCine Español de Digital + y pienso si sería mejor ocultar aquel viejo horror; generalmente rectifico, y considero las posibilidades que nos da saber de dónde venimos y qué nos pasa. Lo que era ese cine se sabía ya cuando se estrenaba. Los que mirábamos la cartelera para ir al cine decíamos: "No, a ésa no, que es española", sin indagar más. Había poco que elegir. No venía cine francés, el americano estaba demasiado censurado. Así y todo aparecían obras maestras que apenas tenían público: como Breve encuentro (Brief encounter, británica, David Lean, 1945); el estreno de Lo que el viento se llevó estuvo amenazado, y pequeños falangistas sembraron de tachuelas la plaza del Callao para sabotearlo. El cine español estaba en manos de productores que habían ganado; el principio de cine que quiso hacer Filmófono, del empresario republicano Urgoiti (el fundador de Unión Radio, hoy cadena SER; el de los periódicos La Voz y El Sol), se había liquidado, los principales directores (como Buñuel) tuvieron que huir, y el cine español estaba protegido: cuota de pantalla, subvenciones, y hasta proyectos de prohibir los doblajes: tan brutal como si se decidieran prohibir las traducciones de libros extranjeros (los americanos no dejaron hacer eso).
No hay más que asomarse a ese canal y comprender. Se pueden comprender otras cosas: la vida pacata de entonces, la pobreza intelectual y física. Y, en fin, de dónde viene la parte más mentecata de la televisión actual. Si los creadores actuales se han librado en gran parte de ese pasado, los de televisión mantienen en gran parte los propósitos de aquel Cesáreo González, o de los supervivientes de Cifesa: nada que preocupe, no plantear temas, que no cunda el pesimismo; retorcer la comicidad hasta deformar el físico del actor; cambiar la sonrisa por la carcajada de cuerpo, no de cabeza; gastar lo menos posible, que es una de las maneras más conocidas de destruir cualquier producto. (Que conste: hablo en todo caso de generalidad.) Cuando miremos las viejas películas del canal DCine Español, aparte de comprender el pasado y saber en qué clima fue disuelta y burlada la cultura que había surgido desde principios del siglo XX hasta la guerra civil, se ven trazos de la cultura actual; se ve cómo grandes figuras, guionistas, directores o actores tuvieron que esperar para manifestar todo su talento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de enero de 2004