La alineación que presentó Rijkaard cuestionó de alguna manera la política de fichajes del Barça. La ausencia por un proceso gripal del portero Valdés provocó un rompecabezas que se resolvió con la entrada en el equipo de dos futbolistas del filial como son el guardameta Jorquera y el central Oleguer. El técnico azulgrana prefirió sacrificar a Rüstü para poder mantener a Ronaldinho, Márquez y Saviola.
A los equipos les está permitido disponer de cuatro extracomunitarios, pero sólo tres pueden estar en el campo, de manera que el entrenador optó por prescindir del portero turco, el primer fichaje de la candidatura del hoy presidente Joan Laporta durante la campaña electoral. El buen momento de Saviola, que había marcado en los dos últimos partidos, y la progresiva adaptación de Márquez al puesto de central, jugaron en contra de Rüstü, puesto que Ronaldinho es intocable.
La solución de Rijkaard provocó múltiples interpretaciones, porque cuestiona la política deportiva del club y también porque en partidos anteriores había prescindido de Saviola en beneficio de Kluivert o prefería a Cocu como central antes que a Márquez. Anoche, en cambio, descartó a Rüstü, quien perdió la titularidad en beneficio de Valdés después de protagonizar dos errores determinantes ante el Celta y en Santander. La contratación de un portero extracomunitario se ha revelado a la larga como un problema, pese a que Rüstü fue presentado como uno de los mejores guardametas después de sus actuaciones en la selección durante el pasado Mundial. La decisión de Rijkaard deja a Rüstü en una situación prácticamente insostenible porque se convierte en el tercer portero, y siendo segundo ya advirtió de su interés en regresar a su país. Rijkaard asegura que monta las alineaciones en función del estado de forma de los jugadores, circunstancia que, por otra parte, no le impidió hacer debutar a Davids, todavía no a punto. Le benefició la ausencia de Iniesta de la misma manera que Oleguer fue titular por la lesión de Puyol. El protagonista, sin embargo, fue Jorquera, que estuvo muy fino.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de enero de 2004