El alarmante anuncio del traslado a Eslovaquia de la planta de Samsung con 446 empleos ha disparado todas las alarmas. UGT y CC OO estiman que los repliegues en la electrónica de consumo supondrán en 2004 unas 1.500 bajas laborales en España, casi la mitad de los empleos directos que quedan en el sector. El otro 50% del empleo se reparte de momento entre firmas como la antigua Thompson, Sharp, Sanyo, Tecnimagen y, sobre todo, Sony, que apostó por mantener en Viladecavalls (Barcelona) una plataforma europea de diseño. Los empleados de Samsung pidieron ayer al Gobierno que endurezca la legislación.
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La plantilla al completo de Samsung en la localidad barcelonesa de Palau-Solità i Plegamans se reunió ayer en asamblea en Sabadell para reclamar al Gobierno que tome medidas para evitar que las empresas abandonen con facilidad sus plantas, al tiempo que pidieron a la Generalitat de Cataluña que rechace el expediente de extinción de contratos que tiene previsto presentar la empresa, informa Silvia Marimon.
Los sindicatos no se muestran muy optimistas. CC OO y UGT temen que el sector español de la electrónica de consumo -cerca del 90% de su actividad se concentra en Cataluña- sufra este año unas 1.500 bajas laborales. La competencia entre plantas de un mismo grupo, ya sea en diferentes países o en el mismo; la ventaja comparativa entre países y el gran diferencial de costes laborales entre el centro (Unión Europea) y la periferia (Este de Europa, Asia y Norte de África) son, entre otros, los grandes causantes del oleaje de deslocalizaciones industriales (traslado de la producción) que ahora se concentra en la electrónica de consumo y que, a lo largo de 2003, afectó a sectores como el de componentes del automóvil, la informática y el textil.
El lado amargo de la globalización se hace muy visible cuando detrás de las compañías situadas en países industrializados emergen otras empresas instaladas en países con mano de obra más barata, que han pasado de ofrecer únicamente servicios de producción a adquirir la capacidad de fabricar nuevos productos.
Según los datos de un estudio de la patronal del sector, Aniel, la rapidez con la que se suceden los cambios -el más destacado es el abaratamiento de la tecnología digital, que ha desplazado a los equipos analógicos- se observa en España en el incremento del mercado del DVD, desde las 181.000 unidades vendidas en 2000 a 1,5 millones en 2002, y de los equipos del llamado cine en casa, donde la evolución de las ventas ha sido de 16.000 unidades en 2000 a 164.000 de 2003. Y la misma celeridad se está produciendo en los receptores de televisión, donde los equipos de pantalla de cristal líquido y plasma empiezan a sustituir a los tubos de rayos catódicos.
Para hacer frente a los retos del mercado, las empresas han optado por concentrar la producción en pocas plantas a escala mundial, lo que les permite gestionar mejor sus existencias. Éste es el caso de Samsung, que cierra sus plantas en España, Hungría y Reino Unido para concentrase en Eslovaquia y China.
Panasonic prefiere China
Ayer mismo se supo que la multinacional Panasonic ha decidido producir un nuevo modelo de aspiradora en una fábrica de China, en lugar de la planta que tiene en Celrà (Girona), como estaba previsto, según informó el Diari de Girona.
El Este de Europa es el polo de atracción. La diferencia de salarios respecto a España resulta abismal. Bastan un par de ejemplos: mientras un operario de la República Checa gana 4.000 euros al año, uno español gana 13.000, según la consultora Watson Wyatt. Y en Eslovaquia, el sueldo medio en la electrónica es de 300 euros al mes.
Sin embargo, y pese a estas socorridas diferencias, un informe de la Secretaría Sectorial de CC OO de Cataluña advierte de que países como Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia no son simples competidores por bajos salarios, sino que están realizando ya políticas industriales activas y destinan importantes recursos a la investigación.
Un trabajo del Servicio de Estudios de La Caixa destaca que, al margen de la conocida penetración de fabricantes de automóvil, como Volkswagen, Suzuki, Renault y Fiat, la primera inversión que recibe el Este procede ahora de la industria agroalimentaria, seguida de los productos minerales no metálicos (cerámica y vidrio). Es decir, los sectores implicados en la conquista del Este son cada vez más numerosos.
Antes de los cierres recientemente anunciados de Philips, con 100 empleados, Autotex, una firma auxiliar del automóvil con 170 puestos de trabajo, y Samsung, los traslados de producción ya afectaron el año pasado a más de 15.000 trabajadores, la mayoría de empresas del metal. La de mayor repercusión fue la norteamericana Lear Corporation en Cervera (Lleida), que cerró con 1.100 empleados para trasladar su actividad de cables de automoción a Polonia.
En la informática se dieron también casos destacables como el de Hewlett Packard-Compaq, ubicada en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), que trasladó su fábrica de impresoras a Hungría y apostó por prejubilar a sus empleados y no renovar contratos temporales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de enero de 2004