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Cuba no alterará su política contra los disidente para acercarse a la UE

La solución de la crisis política que enfrenta al Gobierno de Fidel Castro con la Unión Europea desde hace meses va para largo. El canciller [ministro de Exteriores] cubano, Felipe Pérez Roque, aseguró que su país no hará ningún "gesto" ni modificará "un milímetro" su "posición de principios" respecto a las diferencias surgidas tras la condena en la isla de 75 disidentes y el fusilamiento de tres secuestradores de una lancha de pasajeros en abril de 2003. A consecuencia de ello, la UE adoptó una serie de sanciones diplomáticas, entre ellas invitar a los opositores a las celebraciones de las fiestas nacionales en las embajadas de los Quince en La Habana.

Durante una reunión con embajadores en la Cancillería, Roque consideró que la UE se ha plegado "a la política de aislamiento promovida por Washington" y dijo que la actual crisis es "responsabilidad exclusiva" de Bruselas, por lo que "la única y posible solución sería la rectificación por parte de la UE", según publicó ayer el diario cubano Granma.

Por otro lado, el rotativo comunista salió al paso de los rumores surgidos ayer en Miami sobre el deterioro del estado de salud del presidente cubano, Fidel Castro, un asunto algo cíclico, al dar noticia sobre un encuentro del mandatario con una delegación de parlamentarios chipriotas. Castro tiene previsto entrevistarse el miércoles con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, que le condecorará con la Orden del Patriarcado de San Andrés, durante la visita que realizará la próxima semana a la isla.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de enero de 2004