Regresaba Sergio Scariolo al Saporta tras su tormentosa salida del banquillo madridista, acaecida en el verano de 2002. Se fue entonces el italiano por la puerta de atrás, enfrentado a la dirección del club y al vestuario por culpa de aquel despido de Herreros, mal gestado, peor ejecutado y nunca consumado. Al frente de Unicaja se presentó Scariolo en la que fue su casa. Con una ovación fue recibido por la grada y por la puerta grande se largó, tras lograr una victoria que corta en seco la reacción de un Madrid que hasta hace poco parecía conformarse con las migajas.
Excusas tiene el Madrid para justificar la derrota. Las lesiones le han golpeado con fiereza en los últimos tiempos, y se han cebado con sus hombres altos. Han caído Reyes, Bueno y Sonseca, de tal modo que Kambala se ha quedado como único pívot verdadero. Eso no impidió que durante la mayor parte del encuentro el dominio de los de Lamas fuera demoledor. 52-38 vencían en el minuto 26. 57-58 perdían en el 30. Visto y no visto, el Madrid había dilapidado su ventaja. El partido pasó de las manos de Bennett a las de Bullock. Gracias a Kambala, el conjunto blanco logró coger aire (73-71), pero un triple de Berni Rodríguez y una pérdida de balón de Mumbrú coronaron a Unicaja y dibujaron una inacabable sonrisa en el rostro de Scariolo.
REAL MADRID 73 - UNICAJA 76
Real Madrid: Bennett (27), Herreros (7), Stojic (10), Fotsis (10), Kambala (13); Victoriano (2), Juanjo López (0), Mumbrú (4) y Antelo (0).
Unicaja: Bullock (21), Cabezas (0), Herrmann (18), Lewis (11), Kornegay (10); Rodríguez (7), Phillip (0), Gabriel (3), Sonko (6) y Risacher (0).
Parciales: 23-18, 17-11, 18-29 y 16-18.
Árbitros: García Ortiz, Alzuria y Bultó. Excluyeron por personales a Victoriano (m. 32) y Cabezas (m. 37).
Unos 5.000 espectadores en el Saporta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de enero de 2004