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Detenido otro marroquí por el crimen de Baeza

Los amigos del fallecido dicen que no se "juzgue por igual a todos los inmigrantes"

La Guardia Civil, que ayer mantuvo un discreto pero amplio dispositivo de vigilancia en el municipio de Baeza (Jaén), ha detenido a un segundo ciudadano marroquí relacionado con la reyerta en la que perdió la vida el joven de 22 años Francisco Navarrete Moreno. Se trata de Abdelkarim Khrisffi, que, junto al detenido horas después de la reyerta -Mohamed Kiffin-, ha sido trasladado a los calabozos de la vecina localidad de Úbeda con el fin de evitar posibles protestas vecinales.

En las próximas horas pasarán a disposición judicial acusados de un delito de homicidio. El juzgado de Baeza ha decretado el secreto de sumario. Francisco Navarrete murió la noche del viernes al sábado apuñalado durante una reyerta entre inmigrantes marroquíes y vecinos del pueblo a las puertas de la discoteca Albacara.

Más de 2.000 personas asistieron al entierro, celebrado en la iglesia de San Pablo, donde el párroco expresó una "condena radical al odio y al rencor". Antes de la entrada del féretro a la iglesia, se escucharon tímidamente algunos gritos de "fuera los moros", que no fueron secundados por la mayoría de los asistentes al sepelio.

Por la noche, tuvo lugar en el paseo central de Baeza una concentración de repulsa convocada de forma espontánea por los amigos de la víctima del crimen, registrado a las puertas de la discoteca Albacara. "Queremos expresar un no rotundo a toda forma de violencia y recordar a nuestro amigo, pero no pedimos que se juzgue por igual a todos los inmigrantes, no se puede generalizar", manifestó Raúl Rodríguez, uno de los amigos más cercanos del joven fallecido.

Los asistentes a la concentración portaron velas y pancartas en las que se condenaba la violencia. Fue significativa la ausencia, casi generalizada, de inmigrantes por las calles baezanas, un hecho que no pasó desapercibido para los vecinos del pueblo. Algunos responsables de bares y cafeterías confirmaron que, tras el suceso de la madrugada del viernes, los temporeros han dejado de frecuentar los lugares de ocio del municipio. Así ocurría también el sábado por la noche en la discoteca Albacara, en cuyo exterior se produjo la refriega que terminó de forma trágica.

El alcalde de Baeza, Javier Calvente (PP), reiteró ayer el sentimiento de consternación que se vive en la localidad, pero evitó hacer declaraciones públicas apelando a la prudencia y con el fin de "no herir ninguna sensibilidad".

Calvente confirmó que el albergue para inmigrantes de Baeza permanece abierto y no tiene ninguna plaza libre. No ocurre lo mismo con el comedor para inmigrantes de Cáritas Interparroquial -atendido por voluntarios baezanos-, que permanece cerrado desde el sábado. Sus responsables justifican el cierre en que ya apenas acudían temporeros, pero otras fuentes consultadas relacionan la decisión con el fin de evitar cualquier conflicto vecinal.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de enero de 2004