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OPINIÓN DEL LECTOR

De un empresario

Soy empresario con varios socios que tiene varias tiendas en el centro de Madrid. Una en la calle de Fuencarral, otra en la calle de Hortaleza y otra en la calle de Pelayo. Lo que el Ayuntamiento de Madrid ha hecho estas navidades cortando al tráfico privado la Gran Vía, suponiendo que iba a ser mucho mejor para el peatón de a pie, ha dado el resultado totalmente contrario.

A la gente, hoy por hoy, es difícil que le quitemos la costumbre de ir en coche a todos los lados, y lo que ha producido es que viniera la mitad de gente que otros años, y se fueran a los centros comerciales de la periferia (donde sí se puede ir en coche), y tenían todas las tiendas que quisieran. Lo que digo no es algo personal. He comentado con muchos empresarios, tanto de calles adyacentes como de calles como la del Carmen o Tudescos, y es impresionante el bajón de público que han tenido. Creo que a una calle como la Gran Vía, con aceras de 10 metros de ancho, no es necesario cortarle un carril, porque a los únicos que va a beneficiar, y no lo digo con ánimo de crítica, es a los taxistas. Le pediría, por favor, a nuestro alcalde que reflexionara y viera que lo que está haciendo es exactamente lo contrario de lo que quería conseguir.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de enero de 2004