El nuevo presidente del PNV, Josu Jon Imaz, apostó ayer por la paz en "una nación cívica" en la que quepan todos los ciudadanos del País Vasco, independientemente de su origen o postura política, y con "espíritu de pacto con el Estado". Imaz, en su primer discurso como líder de la formación nacionalista, se esforzó por alejar a su partido de ETA. "No es nuestro proyecto", afirmó, y pidió a sus 31.000 militantes que actúen "como un ejército de solidaridad activa con los amenazados" por la banda. Imaz, que alternó el castellano, el euskera y el francés, defendió el plan Ibarretxe y destacó la necesidad de fortalecer los vínculos entre el PNV y las otras fuerzas nacionalistas del Estado.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de enero de 2004