Los ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) analizaron ayer en Bruselas por vez primera las negativas consecuencias que está teniendo para la economía europea la fortaleza de la moneda única, que a lo largo del año pasado se revalorizó más de un 20% frente al dólar. Un informe de la Comisión Europea fechado el pasado día 9 indica que esa revalorización ha sido "dramática" a finales de 2003 y comienzos de este año, aunque en los últimos días el euro pierde potencia. El Ejecutivo comunitario estima que una revaloración anual del 10% frente al billete verde equivale a una pérdida de entre el 0,1% y el 0,2% de crecimiento.
El Eurogrupo abordó el problema en presencia del presidente del Banco Central Europeo (BCE), el francés Jean-Claude Trichet. Las alertas de diversas personalidades del BCE durante la semana pasada sobre las negativas consecuencias de esa fuerza del euro han propiciado un considerable retroceso del euro, que ayer se cotizaba a 1,237 dólares, lejos ya del 1,289 que registró el 12 de enero. El euro está en estos momentos un 17% por encima del valor medio de la moneda europea a lo largo de su historia.
El mayor perjuicio de esta situación es para las exportaciones europeas, sobre todo de Alemania y Francia, dada la pérdida de competitividad en precios. Pero el documento de Bruselas señala tres posibles efectos positivos: mayores incentivos para la productividad, mayor demanda global de productos europeos, más demanda doméstica y menor inflación importada. Además, añade, es un síntoma de que la economía de la eurozona está repuntando.
Los ministros no tenían previsto ayer adoptar un acuerdo concreto al respecto, pero sí intentaban alguna aproximación para lanzar un mensaje en la reunión del G-7 del mes próximo en Florida. Las autoridades japonesas sí han tomado cartas en el asunto y el año pasado, según la Comisión, gastaron el equivalente a 153.000 millones de euros para frenar la subida del yen ante el dólar.
De otra parte, los ministros del Eurogrupo, como hoy los de toda la UE (Ecofin), fueron informados por el comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, de la decisión del Ejecutivo comunitario de impugnar ante el Tribunal de la UE el acuerdo del Ecofin del pasado 25 de noviembre de dejar "en suspenso" el procedimiento sancionador del Pacto de Estabilidad contra Francia y Alemania, un hecho que ha dejado "en el limbo" el contenido del propio pacto, como ayer repetían fuentes diplomáticas en Bruselas. Diversas fuentes coincidieron en señalar que "nadie quiere guerra" en estos momentos, a la espera de lo que pueda decidir el Tribunal de la UE.
En el Ecofin de hoy, Francia propondrá una armonización al alza de la fiscalidad del tabaco en la UE para conseguir reducir su consumo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de enero de 2004