Ustedes dicen estar dispuestos a negociar sobre el asunto Gaztelu, pero como acostumbra a hacer su partido en otras instancias, esto sólo significa aceptar los términos que ustedes proponen o la negociación está rota. Desde el Ayuntamiento han denunciado, han roto, el convenio con Gazteleku por razones no demasiado claras. Gazteleku sigue dispuesto a negociar a pesar de haber cerrado tres programas básicos para los niños, adolescentes y jóvenes del Barrio de Rekalde y haber despedido a 13 trabajadores.
De hecho le han hecho a uds una propuesta a medio camino y deben contestarla. Lo cierto es que Gazteleku justifica cada peseta de subvenciones gastada con sus correspondientes facturas y no hay problemas en ese sentido, ellos están dispuestos a ser auditados mañana mismo, pero ya no tienen dinero para hacerlo por si solos.
¿Dónde parece estar el problema?¿Por qué van ustedes desde el Ayuntamiento a favorecer el cierre de una Asociación con mas de veinte años de trabajo, con 100 voluntarios, que ejerce una labor educativa y social básica en un barrio marginado? ¿Quizás por que son independientes, no tienen carnet del partido?, ¿quizás por que son partidarios de una labor educativa que conciencia a los jóvenes y favorece su postura activa ante los problemas del barrio?( La mayoría de los monitores y voluntarios de Gazteleku han sido a su vez chavales usuarios cuando eran peques).
¿Quizás por que prestan su infraestructura y apoyo a los vecinos cuando estos necesitan hacerse oír y demandan servicios necesarios para los barrios?
Usted señor Azkuna quiere que los servicios a la juventud e infancia de Rekalde se queden en un raquítico Gazte Gune y un punto de información con paneles para que se pierda la labor educativa y de tiempo libre de persona a persona, verdaderamente formativa y que estructura ciudadanos y no meramente consumidores de servicios.
¿Es este verdaderamente el Bilbao que queremos?¿Qué van a hacer esos jóvenes en su tiempo libre? Sepa que puede estar favoreciendo con su negligencia un rebrote del consumo de drogas en nuestro querido barrio de Rekalde. Se despide atentamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de enero de 2004