Con lo rápido que lanza sus propuestas el presidente extremeño, y lo aún más veloz que las retira, nos recuerda a un matasuegras. Pero las fiestas navideñas han acabado y el cava se le podía haber evaporado unos días antes. Puestos a hacer propuestas ingeniosas, ¿por qué no pedir no un 5, sino un 100 de cociente de inteligencia mínimo para ir al Congreso o para ser un "notable" político?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de enero de 2004